
«Cada día» y la importancia de disfrutar cada momento
¿Cuántos días de nuestras vidas queremos que se pasen rápidamente? ¿Cuántos días de nuestra limitada existencia no disfrutamos de una mañana soleada, de una lluvia que nos sorprende o de una noche estrellada? En definitiva, ¿cuántos días perdemos por no disfrutar?
Es muy probable que esa reflexión, que no solemos hacer muy a menudo, se presente al ver Cada día, una película de 2018 basada en la novela homónima del escritor estadounidense David Levithan que fue publicada en 2012 (Every Day, en inglés). Porque la historia se centra en Rhiannon (Angourie Rice en el film), una joven de 16 años que se enamora de un ser llamado A que despierta cada día en el cuerpo de una persona distinta. Siempre con la misma edad pero nunca es la misma persona dos veces —incluso puede ser hombre o mujer— y, en un principio, nunca por más de 24 horas.

Una idea que suena a irrealismo y fantasía en realidad se torna completamente lógica cuando A muestra lo importante que es disfrutar cada día. Claro que él tampoco vivía sus días al máximo, pero al ocupar el cuerpo del novio de Rhiannon, Justin, el amor que empezó a sentir lo empujó a pasar todos sus días con ella, sin importar en qué cuerpo despertara. Así, desde la mañana hasta la noche A intentará hacer todo lo posible por sortear obstáculos y pasar su tiempo con la persona que lo hace feliz.
La cinta dirigida por el estadounidense Michael Sucsy además toca un tema que no luce explícito pero no por eso pasa desapercibido: la sexualidad. Al igual que el libro, la versión cinematográfica de Cada día retrata cómo Rhiannon ama a A sin importar en qué cuerpo esté y no duda en ningún momento a la hora del contacto físico con el hombre o la mujer que encarne a su enamorado.

El éxito de la novela juvenil no sólo derivó en la adaptación a la pantalla grande, sino que inspiró al autor a publicar otros tres títulos relacionados: Seis días antes (2012), una precuela que narra la vida de A antes de conocer a Rhiannon; Otro día (2015), que cuenta la misma historia de Cada día pero desde la perspectiva de A; y Algún día (2018), una secuela que continúa la historia original de A y Rhiannon.
El final de la película, que además cuenta con la participación de la ascendente estrella Justice Smith en el rol de Justin, no podría considerarse feliz. Pero eso es justamente lo que le da todavía más realismo a una historia que metafóricamente demuestra que el amor no siempre es suficiente para una relación, pero que de todas formas la vida continúa. Una moraleja más de todas las que transmite Cada día, una obra que es considerada juvenil pero que tranquilamente podría enseñarnos mucho a los más grandes.
Imagen destacada: Likely Story / Orion Pictures.

