Literatura

«Diario de la Argentina», una radiografía literaria del periodismo argentino

Para las nuevas generaciones de argentinos el nombre de Jorge Asís probablemente podría ser asociado con el de un analista político de apariencia llamativa, con sus particulares bigotes de un color blanco que está a tono con el de sus frondosas cejas. Sin embargo, detrás del invitado recurrente a los programas nocturnos de la televisión argentina hay un exitoso escritor que, por más irónico que suene, se vio privado de su merecido reconocimiento debido a la publicación de uno de libros: Diario de la Argentina.

Es que Diario de la Argentina es una novela autobiográfica publicada por Asís en 1984, dos años después de haber sido despedido de Clarín, que ya en ese entonces era el diario con mayor tirada de la República Argentina. Y aunque sería fácil tentarse de pensar que el paso por el diario más importante del país sería la más transparente de las vidrieras para un hombre que ya antes de ingresar a su redacción era un reconocido escritor, lo cierto es que fue el propio diario el que lo condenó al ostracismo. ¿Por qué? Porque Diario de la Argentina relata lo vivido por el propio Asís durante su paso por Clarín y en sus páginas dejó expuestas no sólo las políticas del diario durante los años del Proceso de Reorganización Nacional —la última dictadura cívico-militar del país—, sino que también narró las más insólitas andanzas de muchos de sus compañeros de redacción.

La primera edición de Diario de la Argentina. Foto: Mercado Libre.

EL CRUDO DETRÁS DE ESCENA DE LA REDACCIÓN MÁS IMPORTANTE DEL PAÍS

En clara referencia al conocido eslogan de Clarín que lo proclama como «El gran diario argentino», en su novela Asís renombró al periódico como «Diario de la Argentina». A través de sus casi 500 páginas el autor narra lo acontecido durante los seis años que él trabajó en Clarín (1976-1982), donde firmaba sus notas bajo el seudónimo de Oberdán Rocamora. Pero como los hechos reales fueron levemente disfrazados de ficción, en Diario de la Argentina Jorge Asís está presente a través del personaje de Rodolfo Zalim, que firma con el seudónimo de Bartolomé Rivarola.

El cambio de nombre es un recurso que Asís no sólo empleó para sí mismo, sino para todos los empleados de Clarín de aquella época que son mencionados en la historia. Así, nos encontramos con Bagnatto en referencia a Héctor Magnetto, el actual CEO del Grupo Clarín, que en aquella época era el contador del diario; a Aizenberg, alias «Papito», en referencia a Marcos Cytrymblum, que se desempeñó como Secretario General de Redacción entre 1975 y 1990; Garpani, en referencia al hoy popular panelista televisivo Horacio Pagani; o Sofía Basualdo de Alcalde, en referencia a Ernestina Herrera de Noble, viuda del fundador del diario, Roberto Noble, que en la novela es conocido como Ricardo Alcalde.

Todos esos nombres son sólo algunos ejemplos de cómo Asís representó de manera evidente a quienes supieron ser sus superiores y compañeros en Clarín. Y lo interesante de la novela —aparte del lenguaje coloquial que Asís emplea en ella— es justamente eso, es decir, entender a quiénes hace referencia el autor cuando relata situaciones extorsivas o los despidos por parte de los mandamases de la empresa; cuando explica la manera de manejar la redacción —conocida como «La cuadra»— por parte de Aizenmberg/Cytrymblum y la obsecuente forma de comportarse hacia él de todos aquellos que querían progresar en el diario; o incluso cuando narra las aventuras sexuales que tanto él, Asís, como sus compañeros vivieron a los largo de todos los años compartidos.

Sin embargo, la original y reveladora obra no le salió gratis a Asís. Es que el diario, que lo despidió por formar parte de protestas sindicales en una Argentina que iniciaba el camino de retorno hacia la democracia, lo condenó. Lo invisibilizó. Lo convirtió en un «escritor maldito», como se lo suele conocer aunque a él mismo no le guste el mote, pues desde la publicación de Diario de la Argentina Clarín bajó la línea de no volver a nombrar más, bajo ninguna circunstancia, el nombre de Jorge Asís. Y así fue, incluso cuando durante la presidencia de Carlos Menem el escritor ocupó diversos cargos gubernamentales.

Durante muchos años, Asís prácticamente no existió para los argentinos. Porque si no lo nombraba Clarín, el diario más leído del país y luego el multimedios más grande de América Latina, ¿quién iba a saber qué era de la vida de aquel escritor que supo tener sus días de gloria? De hecho, tan duro fue el ostracismo al cual fue condenado que durante los años siguientes a su despido Asís tuvo que ver cómo sus libros dejaron de venderse y cómo las puertas se le cerraban, pues nadie quería tener a un enemigo del poderoso Clarín entre sus filas. Una situación que, como no podía ser de otra manera, también quedó inmortalizada a través de la literatura cuando en 1988 el escritor publicó Cuaderno de un acostado, en donde retoma la vida del personaje Rodolfo Zalim tras lo acontecido en Diario de la Argentina.

Sin embargo, como asegura un conocido refrán, no hay mal que dure cien años. Y eso aplicó también para el «escritor maldito», que tras su paso por la política volvió a recuperar un nombre dentro de esos dos mundos de la palabra que tan afines le resultan: el de la literatura y el del periodismo. Porque además de volver a ser convocado por diferentes programas de televisión para aportar su visión de la política argentina, a través de Editorial Sudamericana Jorge Asís volvió a publicar sus novelas más reconocidas, incluida Diario de la Argentina, que durante los años de su condena mediática adquirió el estatus de obra de culto.

Al contrario de lo que muchos distraídos suponen, en la Argentina no se le rinde culto al éxito, sino al fracaso. El exitoso es alguien que molesta visceralmente, de alguna forma habrá que arreglárselas para voltearlo. Si se muere en el momento justo, podrá ser elevado a la categoría de mito, inofensiva; si no, que se la aguante por osado, el deterioro será fatal, inexorable, que oculte la cabeza porque al menor descuido lo salpican con un tomatazo. Canibalismo y necrofilia.

Jorge Asís en Diario de la Argentina (1984)

QUIÉN ES JORGE ASÍS EN LA LITERATURA ARGENTINA

Decir que Jorge Asís es conocido por haber trabajado en Clarín sería incurrir en un gravísimo error. Porque más allá de su paso por el diario más popular de la Argentina, Asís ya tenía un nombre hecho dentro de la literatura nacional, algo que, de hecho, motivó su ingreso en Clarín.

Luego de haber publicado cuatro obras desde 1971, en 1974 llegó el primer gran éxito de Asís: Los reventados, una novela que cuenta dentro de su trama con el enfrentamiento conocido como «La masacre de Ezeiza» y el asesinato de José Ignacio Rucci, quien al momento de su muerte era el Secretario General de la Confederación General del Trabajo (CGT). Sin embargo, la obra que lo catapultó a la categoría de best seller fue Flores robadas en los jardines de Quilmes, que fue publicada en 1980 —mientras el autor todavía trabajaba en Clarín— y que incluso tuvo una adaptación cinematográfica en 1985 que contó con Soledad Silveyra y Víctor Laplace como protagonistas.

El propio Asís considera que, cuando se haga el balance de sus aportes a la literatura argentina, sin dudas esas obras serán las más destacadas junto a Diario de la Argentina, una novela en la cual quedan a la vista y de manera cruda las redes de poder que se tejen desde los medios masivos de comunicación. Lejos de haberlo llevado al infierno, lo que verdaderamente hizo Diario de la Argentina fue elevar a Jorge Asís al cielo de la literatura de su país. Un lugar en el cual, sin dudas, merece estar.

Imagen destacada: Martín Bugliavaz.

Periodista y escritor. Me gusta contar historias.

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