Cine y series,  Europa

«El capitán» y las miserias del ser humano

Todas las historias derivadas de la Segunda Guerra Mundial parecen ser de ficción y, tal vez por eso, la industria del cine ha producido innumerables y destacadas películas gracias a ellas. En muchas ocasiones, incluso, al conocer los hechos reales que dieron origen a un film es imposible no pensar en aquella frase que asegura que la realidad puede superar a la ficción.

Si hay alguna duda de eso, tranquilamente puede repasarse la vida de Willi Herold, un soldado alemán que con sus actos logró asociar su nombre al lamentable apodo de «Verdugo de Emsland». Semejante mote tiene su porqué y, como no podía ser de otra manera al tratarse de la Segunda Guerra Mundial, está directamente relacionado con la muerte.

Herold nació en 1925 y murió en 1946. A sus jóvenes 21 años fue ejecutado tras ser encontrado culpable de ocasionar la muerte de 125 personas en 1945, cuando se hizo pasar por un capitán de la Luftwaffe (la Fuerza Áerea de la Alemania nazi). Sí, aunque suene increíble, cuando todavía tenía 19 años Herold se encontró el uniforme de un capitán y, haciendo uso de ese alto rango, asesinó y también tomó decisiones que le costaron la vida a más de 100 personas.

La sádica historia de Herold fue llevada a la pantalla grande en 2017 con el título El capitán de la mano del director alemán Robert Schwentke, quien creó una película con contenido histórico pero también sociológico y filosófico. Porque lo que plantea el largometraje de 118 minutos de duración es algo que va más allá de los simples hechos y que está relacionado con lo más profundo del ser y su moral. ¿El joven Herold hizo lo que hizo debido a su instinto de supervivencia? ¿Tuvo alternativas a la hora de decidir acerca de la vida de los demás? ¿O acaso algo tan sencillo como una prenda de vestir sacó a la luz sus pensamientos y deseos más oscuros?

Trailer oficial de «El capitán». Video: Music Box Films (YouTube).

El film —realizado en blanco y negro como para que no queden dudas del contexto histórico— logra contar los cambios de Herold (Max Hubacher) con el correr de los días, desde que se encuentra con el uniforme luego de desertar hasta el momento en el cual es detenido en Aurich. A pesar de que no se cuenta el destino final del protagonista —tras ser detenido en Alemania se le ofreció colaborar con la Organización Werefolf y luego fue recapturado por la Marina Real británica—, Schwentke muestra la frialdad y crudeza de sus actos, entre los cuales se destaca el fusilamiento de compatriotas desertores que estaban recluidos en el campo de concentración Aschendorfermoor.

Una producción basada en hechos reales casi siempre es un buen motivo para estar frente a la pantalla. Mucho más cuando, como ocurre con El capitán, esos hechos reales nos enseñan cuán profundas pueden ser las miserias humanas en condiciones extremas.

Imagen destacada: Filmgalerie 451 / Alfama Films / Opus Film.

Periodista y escritor. Me gusta contar historias.

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