
El Carnaval de Venecia: una celebración elegante y misteriosa
El carnaval es una celebración tan extendida como diferente según la parte del planeta que se mire. En general, en las distintas partes del mundo tiene como denominador común las carrozas, las comparsas y las coloridas ropas que lucen quienes la llevan a cabo (particularmente en Sudamérica, donde se destaca Brasil y, particularmente, Río de Janeiro). Sin embargo, en una ciudad europea el carnaval se vive de una manera diametralmente opuesta: Venecia.
Las versiones acerca de los orígenes del carnaval son varias, pero todas las celebraciones a lo largo del mundo tienen en común el hecho de empezar antes de la cuaresma cristiana. La fecha de inicio y fin va cambiando según el año pues dependen de cuándo serán las Pascuas cristianas, pero lo que sí es seguro es que las celebraciones finalizan el día anterior al Miércoles de Ceniza.
Dentro de todos los festejos que se llevan a cabo en el mundo, el de los venecianos es el más particular. ¿Por qué? Por la vestimenta, que consta de máscaras y trajes barrocos como los que se usaban en la República de Venecia hasta el siglo XVIII. Y, aunque ese sólo parezca un detalle, no lo es, pues durante ese siglo el Carnaval de Venecia terminaría de convertirse en el ícono que es hoy.

EL ORIGEN DEL CARNAVAL VENECIANO Y EL PORQUÉ DE LA PARTICULAR VESTIMENTA
Si bien la celebración se remonta a fines del siglo XI, recién en el siglo XIII fue reconocida por el gobierno veneciano cuando en el año 1296 el Senado de la República de Venecia la declaró oficial.
La idea de oficializar el carnaval tuvo como justificación la igualdad de la sociedad veneciana de aquel entonces, es decir, que la plebe se mezclara con la nobleza y que todos se vistieran de la misma manera para que no existiera diferencia alguna. Sin embargo, se dice que la nobleza, además, aprovechó el carnaval para conocer la verdadera opinión que el pueblo tenía de sus gobernantes y también para darse el gusto de hacer cosas que su alta posición no les permitía en el día a día.
Ahora bien, si el Carnaval de Venecia se comenzó a festejar en el siglo XI y se instauró oficialmente en el siglo XIII, ¿por qué actualmente se lo celebra utilizando vestimentas del siglo XVIII? Por un lado, porque en ese siglo el carnaval ya excedía el archipiélago de Venecia y atraía a aristócratas de distintas partes del mundo que querían vivir la misma experiencia que sus pares venecianos; y, por otro lado, porque durante ese mismo siglo fue prohibido. Eso ocurrió en 1797, cuando Napoléon Bonaparte conquistó el territorio durante las llamadas Guerras Napoleónicas y prohibió las celebraciones carnavalescas por temor a que, aprovechando el anonimato brindado por la vestimenta y las máscaras, alguien planeara alguna conspiración en su contra.
El Carnaval de Venecia fue restaurado como celebración oficial recién en 1979 —con Venecia ya formando parte de la República de Italia—, pero pareció como si nada hubiera cambiado, pues la gente volvió a celebrarlo como si el tiempo se hubiera detenido en el siglo XVIII. De esa manera, los venecianos conservaron la costumbre de las máscaras y los trajes de la época barroca, que, con su elegancia, al día de hoy continúan llamando la atención año tras año.





















EL SIGNIFICADO DETRÁS DE LAS MÁSCARAS
Las llamativas máscaras que hoy son quizá el mayor distintivo del Carnaval de Venecia en realidad ya eran reconocidas desde mucho tiempo antes, pues eran utilizadas por los actores que se desempeñaban en el teatro veneciano.
Sin embargo, esas máscaras cobraron mayor notoriedad cuando el anonimato se convirtió en una de las cuestiones trascendentales del Carnaval de Venecia. Y aunque la identidad de las personas que las portaban debía ser desconocida, lo cierto es que cada máscara representaba a un personaje de la Comedia del Arte —un tipo de teatro popular surgido en Italia en el siglo XVI—, dotando así de un significado particular a la persona que estaba detrás de ella.
Dentro de las máscaras más populares están la llamada Arlequín, que se asocia a los bufones y, a pesar de que en un principio representaba la ingenuidad, hoy representa la astucia; la Colombina, que es la amante de Arlequín y representa la sensualidad y la conspiración; la Pierrot, que representa la tristeza, pues siente un amor por Colombina que no es correspondido; o Pantaleón, que representa la avaricia. A todos esos personajes y muchos otros más, con el tiempo se le sumó la máscara conocida como Galeno, que es la que utilizaban los médicos europeos durante los siglos XVII y XVIII, cuando la pandemia conocida como «peste negra» devastó el Viejo Continente.





Los trajes barrocos, las máscaras teatrales y la historia de una tierra con siglos y siglos de existencia. Todos esos componentes son los que dotan de una magia particular al Carnaval de Venecia, que desde el norte de Italia transporta a todos aquellos que lo celebran a una época caracterizada por la elegancia, el misterio y la excitación de vivir todo eso que el resto del año era prohibido.
CÓMO VIVIR EL CARNAVAL DE VENECIA: ALGUNAS RECOMENDACIONES PARA DISFRUTARLO MÁS
El Carnaval de Venecia comienza todos los años el domingo que cae diez días antes del Miércoles de Ceniza, por lo cual las fechas van variando por temporada según el calendario. Sin embargo, más allá de las fechas las celebraciones mantienen siempre un patrón y, por ende, permiten a quienes asistirán a ellas organizarse. A continuación, unos consejos para poder sacarle más provecho a la icónica celebración italiana:
- Aprovechar la luz solar. A pesar de que el Carnaval de Venecia sea sinónimo de fiesta y celebración, lo cierto es que su magia propia dura, en líneas generales, hasta que el sol desaparece. Como toda buena ciudad de Europa del Norte, Venecia baja drásticamente su ritmo en esta época del año, y con ello desaparece el color y la algarabía que durante el día cubre sus calles. Debido a eso, es recomendable comenzar las jornadas lo más temprano posible para disfrutar de los maravillosos personajes que encarnan la tradición carnavalesca y, por supuesto, para recorrer la tan bonita urbe italiana.
- Enfocarse en los fines de semana. Más allá de que el Carnaval de Venecia dure alrededor de dos semanas, la realidad es que durante los días laborables la ciudad mantiene el ritmo que posee cualquier otra en el mundo, con estudiantes saliendo de la escuela y la universidad, y con trabajadores cuyos ritmos nada tendrán que ver con el de los visitantes que esperarán toparse con trajes y máscaras en cada esquina. Es por eso que, si se tiene en mente sumergirse lo más posible en las celebraciones carnavalescas, lo ideal es reservarse el sábado y el domingo para ello. En este sentido, huelga decir que el fin de semana más relevante es aquel en el cual se lleva a cabo el Vuelo del Ángel, la Fiesta de la Virgen María y el concurso de máscaras y disfraces, entre otros eventos.
- No olvidarse de Murano y Burano. Aunque claramente todas las luces se las lleve la isla de Venecia, el carnaval veneciano también se vive en otras dos islas del archipiélago que se llaman parecido y que vale la pena conocer: Murano y Burano. En la primera, que es la que más cerca está de Venecia, se podrá encontrar un sinfín de tiendas con llamativos y bonitos productos artesanales hechos en base al famoso vidrio de Murano; por otra parte, la segunda cuenta con unos edificios coloridos de un estilo similar al presente en otras ciudades europeas, pero que brindan un pintoresco panorama al combinarse con los típicos canales venecianos.
- Aprovechar los descuentos para el transporte público. Aunque sea pequeña, Venecia tiene muchos sitios que merecen ser visitados y, por ende, moverse sólo a pie no será la opción más adecuada. Por ese motivo, y también porque indefectiblemente se necesitará tomar transporte público para moverse entre las distintas islas que forman parte del archipiélago, es recomendable aprovechar las distintos descuentos que la ciudad ofrece para el autobús, el tranvía y el vaporetto. La opción más popular es Venezia Unica, un programa que permite escoger distintos descuentos en función de la cantidad de días de permanencia en la ciudad, y que también cuenta con una variante llamada Rolling Venice que ofrece precios más reducidos para los menores de 29 años e incluye descuentos para actividades turísticas.
Imagen destacada: Martín Bugliavaz.
