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El Museo de Arte Marino de Ushuaia y su importancia para la cultura fueguina

Ir a Ushuaia supone no sólo un encuentro con los bellos paisajes naturales que allí abundan, sino también con la historia. Con la cultura. Porque la capital de la provincia de Tierra del Fuego cuenta con una gran cantidad de museos que pueden visitarse.

Entre los más destacados se encuentran el Museo del Fin del Mundo, la Galería Temática de Historia Fueguina o la Antigua Casa de Gobierno, pero sin dudas hay uno que aglutina la mayor cantidad de turistas: el Museo Marítimo y del Presidio, generalmente simplificado como el Museo del Presidio.

El hecho de que se acorte el nombre tiene que ver con la que es la mayor atracción del lugar, un antiguo penal que funcionó en la ciudad entre 1902 y 1947 y que suele ser conocido como el «Presidio del Fin del Mundo». Sin embargo, en el edificio que supo ser la cárcel más austral del mundo también hay espacio para otro tipo de exposiciones que tienen su brillo propio: el Museo Marítimo, el Museo Antártico y el Museo de Arte Marino.

Uno de los tantos fríos pasillos del Museo del Presidio. Foto: Martín Bugliavaz.

Justamente este último es el más particular de todos. Cuando visité el complejo pude notar que, en general, las personas se impresionaban con las historias y las condiciones de los presos que estuvieron encerrados allí, o se interesaban por la vida marítima que retrata con sus exposiciones el Museo Marítimo o hasta incluso se sorprendían con las heroicas expediciones antárticas que muestra el Museo Antártico. En contraposición, los pasillos del Museo de Arte Marino se encontraban casi vacíos.

¿A qué se debe la diferencia de público entre los diferentes museos del complejo? Tal vez la respuesta sea que el interés de consumir arte no es precisamente el que abunde entre los turistas que visitan Ushuaia, pero lo cierto es que en el Museo de Arte Marino encontré un lugar distinto. Un lugar cuyos pasillos y habitaciones son iguales estructuralmente al del resto de los museos, pero que, sin embargo, con su calidez e iluminación se distancian notablemente de aquellos lúgubres que forman parte del Museo del Presidio, el Marítimo o el Antártico.

Ingresar al Museo de Arte Marino genera sensaciones diferentes al de sus hermanos. Porque mientras en los demás se evoca al pasado y la tonalidad tanto de los objetos expuestos como de las historias es opaca y sin brillo, en el sector artístico los sentidos se despiertan con los colores que cautivan desde los cuadros. Con los paisajes más hermosos de Ushuaia que quedan inmortalizados en los lienzos o con historias portuarias que son transmitidas a través de elementos típicos del mar representados a través de las pinturas.

«Rincón boquense», de Benito Quinquela Martín, forma parte de la exposición.

La temática justamente es esa, el mar. El puerto. Todo hace referencia a esa temática y no es un hecho menor, pues dota al museo de originalidad ya que no sólo se trata de un museo de arte, sino que además posee una especialidad concreta que, a su vez, tiene que ver son la idiosincrasia de Ushuaia.

Un detalle que, además, se potencia por el hecho de que Tierra del Fuego es la única provincia que no cuenta con un Museo de Bellas Artes propio. En ese contexto, el Museo de Arte Marino adquiere una relevancia aún mayor pues cuenta con la posibilidad de hacerse cargo, en algún momento, de ese rol importante y necesario para la cultura fueguina. Ese es el deseo del director de todo el complejo, Carlos Pedro Vairo, quien le aseguró a este sitio que, a pesar de sus esfuerzos, las autoridades provinciales hasta ahora no le han prestado la atención que el asunto merece.

Su creación data del año 2006 y, al día de hoy, cuenta con una exposición de pintorescas obras que retratan la vida marítima de Ushuaia entre las que se encuentran algunas excepciones de otros lares como Rincón boquense de Benito Quinquela Martín y Lanchones de Fortunato Lacamera. Dos trabajos que pintan al barrio porteño de La Boca pero que se integran a la perfección en ese ambiente de arte marino que el museo exhibe.

El Museo de Arte Marino, además, se complementa con la Galería de Arte inaugurada seis años antes. Un espacio en donde los artistas locales pueden exponer sus trabajos y así emocionar con temáticas que no sólo abarcan lo marino, pero que sí en su mayoría relatan con sus formas y colores los diversos ámbitos de la vida ushuaiense.

Caminar por ese sector del presidio invita a la reflexión, pues se trata de un lugar que supo estar relacionado con los aspectos más tristes de la condición humana, pero que hoy se ve totalmente renovado. Esos mismos pasillos que supieron ser oscuros y apagados, actualmente están pintados de un blanco que evoca a la pureza y cuentan con obras de arte que transmiten vida gracias a los paisajes, las flores o la gente que están integrados a ellas. Una transformación y un contraste destacables que merecen ser apreciados, para que todo aquel que visite el Museo del Presidio sepa que, junto a él, hay un espacio que pregona el arte fueguino.

Imagen destacada y galerías: Martín Bugliavaz.

Periodista y escritor. Me gusta contar historias.

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