Cine y series

«En la puerta de la eternidad», una pintura cinematográfica de Van Gogh

Los reconocimientos al talento nunca están de más y, sobre todo, si se trata de gente que realizó un gran aporte para la cultura. Es por eso que la película Van Gogh, en la puerta de la eternidad es bien recibida, pues sirve para recordar al pintor neerlandés que marcó una nueva era en la historia del arte.

Estrenada a fines de 2018, el film biográfico dirigido por el estadounidense Julian Schnabel fue aclamada por la crítica, que encontró en Willem Dafoe un protagonista lúcido, que supo ponerse en el rol de una personalidad compleja como fue la de Vincent van Gogh y brilló en los momentos más dramáticos de la cinta.

Con una recaudación final de 10,5 millones de dólares, el largometraje se centró en el breve período artístico de la vida de Van Gogh, desde su estadía en París hasta su muerte en Arlés, una ciudad al sur de Francia en la cual produjo gran parte de su obra. En ese sentido, la historia que se buscó narrar fue acerca de la etapa profesional del pintor y de sus diversas luchas: por poder vivir del arte, por lograr el reconocimiento de sus obras y por no sucumbir ante los problemas mentales que lo afectaban.

Willem Dafoe, el encargado de dar vida a van Gogh. Foto: CBS Films.

QUIÉN FUE VAN GOGH Y QUÉ CUENTA LA PELÍCULA

Vincent van Gogh nació en 1853 en Zundert, una ciudad occidental de los Países Bajos. En esa nación transcurrió gran parte de su vida y fue allí donde surgió su pasión por la pintura, primero en los internados a los que asistió en su juventud y, más tarde, cuando empezó a trabajar para una compañía de comercio de arte con sede en La Haya.

Fue ese trabajo el que lo llevó, entre otros lados, a París, donde comienza la película. Allí fue despedido en 1878 por organizar una galería de arte en la cual priorizó sus gustos personales antes que los establecidos por la compañía y, de esa forma, emprendió el camino que lo llevaría a dedicarse completamente a la pintura gracias a la ayuda de su hermano Theo, quien lo apoyó económicamente para que pudiera vivir de su pasión.

Sin embargo, su camino para llegar a ser la figura que hoy conocemos no fue sencillo y, de hecho, el reconocimiento a su trabajo llegó recién después de su muerte. Porque mientras estuvo vivo, Van Gogh debió soportar las duras críticas a su estilo novedoso de pintar no sólo por parte del común denominador de la gente, sino también de sus colegas.

El Museo van Gogh, ubicado en Ámsterdam. Foto: Martín Bugliavaz.

Fue con uno de ellos con quien tuvo una relación particular: Paul Gaughin. El francés —interpretado por Oscar Isaac en la película— convivió un tiempo con Van Gogh en Arlés a pedido de Theo, quien también trabajaba en el comercio del arte y le ofreció una paga a cambio de que le produjera una pintura por mes y, fundamentalmente, que fuese una compañía para Vincent, cuyos problemas mentales se estaban agudizando al sufrir ataques nerviosos cada vez más frecuentes que inquietaban a los habitantes de Arlés.

La convivencia de dos hombres con personalidades fuertes fue empeorando con el pasar del tiempo, lo que derivó en la pérdida de la oreja izquierda de Van Gogh en 1888. El hecho generó sus controversias y todavía se sospecha que fue Gaughin quien lo hirió, pero lo cierto es que el propio Van Gogh confesó haberse cercenado él mismo su oreja, dejando apenas un trozo del lóbulo.

Al igual que ocurrió a lo largo de toda su vida, el momento de la muerte de Van Gogh en 1890 también estuvo envuelto en dudas. La versión oficial es que fue encontrado con una herida de bala en su pecho que finalmente lo llevó a perder su vida dos días después, aunque el pintor aseguró no saber qué había ocurrido. Sin embargo, una teoría plasmada en la biografía Van Gogh: la vida de Steven Naifeh y Gregory White-Smith —y que fue la adoptada en el film— sugiere que fue herido accidentalmente por dos jóvenes de Arlés que solían jugar a ser cowboys y que, por ser conocidos suyos, Van Gogh no quiso delatarlos.

La valoración de las pinturas de Vincent van Gogh llegó después de que él pasara a la inmortalidad. Sus casi mil cuadros pintados con un estilo que hoy se conoce como postimpresionismo son reconocidos por haber constituido una nueva manera de pintar, en la que le dio predominancia a los colores vivos y a la iluminación, en contraposición a la oscuridad y rigidez que distinguían a las pinturas en aquella época.

A pesar de haber muerto a sus jóvenes 37 años y de haberse dedicado sólo 12 años completamente a pintar, Van Gogh dejó una enorme cantidad de obras, muchas de ellas expuestas en los museos más importantes del mundo, incluido el suyo propio ubicado en Ámsterdam: el Museo Van Gogh. Hechos que muestran que, a pesar de ser injustamente incomprendido en su época, al menos su legado para la cultura universal hoy es valorado y conservado para la posteridad.

Imagen destacada: CBS Films.

Periodista y escritor. Me gusta contar historias.

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