Hurts: cuando los sentimientos más oscuros inspiran la música más profunda
Los tiempos cambian. Y los cambios pueden gustar o no, pero lo cierto es que nada ni nadie está exento de las modificaciones que imprime el paso del tiempo. La industria musical, como toda industria, no es la excepción y por eso muchos de aquellos que forman parte de ella se suben la tabla de surf de la actualidad para mantenerse en lo más alto de las olas. Sin embargo, hay artistas que todavía eligen tomar caminos más creativos y disruptivos. Y entre ellos están Theo Hutchcraft (34) y Adam Anderson (36), los integrantes de Hurts.
El dúo oriundo de la ciudad inglesa de Manchester se constituyó oficialmente en 2009, pero los caminos de Theo (vocalista) y Adam (sintetista) se habían cruzado ya varios años antes, cuando se conocieron durante una pelea que mantuvieron sus amigos a la salida del club nocturno 42nd Street. Aquella violenta situación fue la excusa perfecta para los dos jóvenes, que en estado de ebriedad —y mientras sus amigos continuaban enfrentándose— comenzaron a hablar de la pasión que tenían en común: la música.
Ese curioso encuentro marcó el inicio de una amistad que en 2009 se convirtió en una unión profesional cuando bajo el nombre de Hurts lanzaron el video del sencillo Wonderful Life, que rápidamente se volvió viral y les dio un fuerte impulso para la conclusión de su primer álbum de estudio, Happiness, que salió a la venta al año siguiente bajo el ala de Sony. ¿Por qué aquella canción y su video tuvieron tanto éxito como para que un gigante de la industria discográfica posara sus ojos en aquellos dos músicos noveles de Inglaterra? Por la originalidad de su estilo, que no sólo se destaca por su música sino también por su estética.
UN NOMBRE QUE DESCRIBE LA ESENCIA A LA PERFECCIÓN
La elección de los nombres de las bandas siempre es materia de intrigas y conjeturas, y muchas veces cuesta entender sus significados. Sin embargo, en el caso de Hurts eso no ocurre, pues su nombre es elocuente y pinta de manera clara la identidad de la banda.
Hurts en castellano podría traducirse como «duele» o «lastima». También existen otras variantes similares, pero cualquiera de ellas podría ser la correcta pues la banda británica tiene a la tristeza, el dolor y el sufrimiento como fuente de inspiración de sus letras. «Hacemos música emocional (Hurts) y electrónica (Hertz)», explicaron sus integrantes en una entrevista para Repeat Fanzine, haciendo referencia a la fonética similar que tienen el verbo hurts y la unidad de medida de la frecuencia, el Hertz.
El juego de palabras es tan interesante como acertado, pues Hurts es exactamente eso: emocional y electrónica. Las emociones están implícitas tanto en las profundas letras como en las melancólicas melodías, pero también en el cuidado atuendo que Hutchcraft y Anderson eligieron lucir ante el mundo. Es que a través de sus trajes negros y sus camisas pulcramente abotonadas hasta el cuello, los ingleses lograron llamar la atención con una estética sobria pero que al mismo tiempo logra transmitir esa «tristeza propia del ser humano» que detallaron en una entrevista brindada para Face Culture en 2011.
La electrónica, por su parte, también está presente en cada una de sus canciones. Mientras que Theo se roba todos los flashes a la hora de exteriorizar todos esos sentimientos distintivos de la banda al cantar, Adam se luce cuando de crear música se trata, pues de su sintetizador proviene aquella magia en forma de notas musicales que por momentos hacen recordar los hits más oscuros de la también británica Depeche Mode, como Personal Jesus, Never Let Me Down Again o Enjoy The Silence. Y no por nada ocurre eso, pues ambos —y principalmente Adam— confesaron ser admiradores de sus compatriotas, que marcaron tendencia en la década de 1980 con el sintetizador como base de su música.
UNA TRAYECTORIA CON MUCHOS MATICES
Hutchcraft y Anderson ingresaron a la escena musical con bombos y platillos. Su disco debut en 2010 no sólo confirmó las buenas sensaciones que había dejado el sencillo Wonderful Life, sino que además obtuvo distintos reconocimientos que pusieron a Hurts en el Top 10 de los más escuchados del Reino Unido e incluso la llevaron a ser elegida como la «Banda del Día» por el prestigioso diario The Guardian.
A Happiness le siguieron Exile (2013), Surrender (2015), Desire (2017) y el recientemente lanzado Faith (2020). Y si bien los números en cuanto a ventas y conciertos lograron consolidar a Hurts como una banda destacada del Reino Unido y Europa, la crítica especializada se vio un tanto decepcionada por la poca repercusión mundial de un dúo del que se esperaban más tras su auspicioso debut.
De todas formas, lo cierto es que Hurts creció no sólo a nivel numérico —fanáticos, seguidores en las redes sociales o ingresos por la venta de discos, por nombrar algunos ejemplos—, sino también a nivel musical. Porque a través de los distintos álbumes tanto Theo como Adam evidenciaron una evolución propia de dos personas que, tras no haber proyectado jamás vivir de la música —uno quería ser científico y el otro deportista, respectivamente—, con el correr del tiempo afianzaron su identidad a base de la experimentación.
Exile, que salió al mercado tres años después que Happiness, mantuvo el tono oscuro y dramático del álbum debut. Sin embargo, en Surrender ya se empezaron a evidenciar matices más dinámicos como los que caracterizan a Some Kind Of Heaven, Why y Lights, cuyo video muestra a un Theo mucho más descontracturado, con su pelo no tan impecablemente peinado como siempre e incluso bailando en una discoteca.
Desire continuó por la misma senda de Surrender, con canciones movidas y muchos más comerciales que las de los primeros dos discos, como Boyfriend, Ready To Go o Beautiful Ones. Y es justamente en el videoclip de Beautiful Ones donde se vuelve a ver a un Theo suelto que incluso supera a su versión de Surrender al interpretar a una mujer trans que es brutalmente golpeada por unos acosadores a la salida de un club nocturno.
De todas formas, diez años después de su primer álbum de estudio Hurts volvió a las raíces. Porque Faith es un disco que vuelve a transmitir esos sentimientos tan distintivos de la banda, como la depresión y el sufrimiento. Con Redemption como el máximo estandarte de esa identidad, Theo y Adam recurrieron nuevamente a las fuentes de su inspiración tras la extensa gira europea de Desire, que los llevó a ambos al agotamiento no sólo físico sino también mental, pues al típico estrés que acarrean los tours se le sumaron otros trastornos mentales que Adam confesó padecer. «He estado sufriendo ansiedad y depresión desde hace veinte años. Comenzó cuando era adolescente y empeoró progresivamente a medida que crecía», aseguró Anderson, quien además se sinceró y dijo estar cansado de mantener «una versión deshonesta de sí mismo».
El agotamiento producido por el Desire Tour —que tuvo como principal protagonista a Rusia, país en el cual Hurts cobró una importante notoriedad— se evidencia no sólo en las letras y en la música, sino también en el vestuario de los dos músicos. En ese sentido, no sólo volvieron al aspecto sombrío más propio de los dos primeros álbumes, sino que incluso lo superaron al combinarlo con un notorio cambio en la estética personal: mientras que Theo dejó crecer su cabello y muestra una barba desprolija, Adam luce mucho más delgado y con un frondoso pero cuidado vello facial.
Tal vez Hurts no sea de las bandas más conocidas del mundo. Tal vez no sea de las más marketineras al no haber realizado tantas colaboraciones con los artistas más populares del momento. Tal vez sus estribillos no sean de los más pegadizos. Pero, sin lugar a dudas, es una banda original que se atreve a vivir de una música que sale del alma de sus integrantes para llegar al alma de quienes la escuchan. Y eso, también sin dejarle espacio a las dudas, vale mucho más que cualquier número.
Imagen destacada: Hurts (Prensa Oficial).