Europa,  Literatura

Kafka y sus crisis emocionales, desde el sistema hasta su padre

Todos los escritores plasman su personalidad y conflictos internos a través de las palabras que graban con tinta en el papel. Sin embargo, algunos lo evidencian más que otros. Franz Kafka, en ese sentido, fue uno de los autores que más expresó sus dilemas emocionales.

Nacido en Praga en 1883, Kafka creció en una Europa que estaba atravesando muchos cambios debido a la segunda revolución industrial que se produjo en el mundo. En ese contexto, experimentó unas dudas existenciales acerca de lo quería hacer con su vida, pues en una sociedad que exigía prepararse en ciertos campos profesionales que se consideraban indispensables en esa nueva etapa del mundo, ser escritor no estaba bien visto. Y si a todo eso además se le añaden las presiones familiares, puede entenderse perfectamente el porqué de los dramas expresados por Kafka en su literatura.

LA METAMORFOSIS: EL SISTEMA Y SU PADRE

De toda su obra, tal vez el trabajo que mejor represente toda la problemática que envolvía a Kafka es La metamorfosis (Die Verwandlung, que en alemán en realidad significa La transformación). Tal vez muchos lo conozcan por ser el relato en el cual el protagonista, Gregorio Samsa, se transforma en un enorme insecto que, por las descripciones, sería un escarabajo —aunque muchos también hablen de una cucaracha—. Sin embargo, detrás de ese componente fantástico se esconden las preocupaciones de Gregorio en cuanto al sistema, algo que se representa por su miedo a la pérdida de su empleo como comerciante debido a esa nueva y aterradora condición física.

Por otra parte, el empleo en La metamorfosis (1915) también tiene que ver con otro de los dilemas de Kafka: la relación con su padre, Hermann. La presión que Hermann ejerció desde pequeño sobre Franz para que se encargara del negocio familiar y también para que se adaptara a los moldes sociales establecidos en aquel entonces —incluyendo su religión, el judaísmo— se ve representada en el peso que Gregorio tiene sobre sus espaldas al ser el principal sustento de su familia, compuesta por sus padres y su hermana menor.

Franz Kafka fotografiado en 1906 a sus 23 años.

CARTA AL PADRE, UNA CONFESIÓN ÍNTIMA

La difícil relación entre Franz y Hermann Kafka quedó registrada con una obra póstuma del escritor que fue publicada en 1952 bajo el nombre de Carta al padre. Se trata de una carta que Franz escribió para su papá en 1919, aunque nunca llegó a dársela y fue encontrada entre sus cosas tras su muerte en 1924.

En la misiva, Franz critica a Hermann por las actitudes que tuvo hacia él y sus hermanos. La presión, la ironía, el desprecio, los reproches, los cuestionamientos y la frialdad son algunos de los temas que aborda Franz en un texto que, si bien nació como algo íntimo, se terminó convirtiendo en una obra pública que sirvió no sólo para comprender sus problemas emocionales en cuanto a la relación con su padre, sino también en lo que a ser parte de la sociedad se refiere, pues en la carta el escritor habla de las decisiones que debió tomar en relación a su formación profesional —se graduó como abogado— y a sus ganas de escribir.

Si se tiene en cuenta que reconocidos autores como Jorge Luis Borges o Gabriel García Márquez —sólo por nombrar algunos— han reconocido la influencia de Franz Kafka en su literatura, no puede dejar de destacarse el poder de la obra de un escritor poco convencional para su época. Un hombre que supo plasmar en originales y fantásticas historias sus miedos y preocupaciones más profundos.

Imagen destacada: Martín Bugliavaz.

Periodista y escritor. Me gusta contar historias.

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