
Las crónicas de viaje de Aniko Villalba: una invitación a ser feliz
¿Cuántas veces hemos dudado a la hora de hacer lo que nos gusta? ¿Cuántas veces mucha gente —incluso la más cercana— nos ha querido derribar nuestras altas ilusiones por miedo, ignorancia o envidia? Si te sentís identificado con esas preguntas y los frustrantes sentimientos que traen aparejados, entonces no podés dejar de leer las crónicas de viaje de Aniko Villalba.
La formalidad indica que Aniko es argentina —con raíces húngaras que están presentes en su nombre—, que nació un 29 de julio de 1985 en Buenos Aires y que se graduó en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Austral. Sin embargo, esos datos no terminan de definir su vida. De hecho, podría decirse que su vida empezó justamente cuando finalizó sus estudios universitarios, pues fue en ese entonces cuando decidió dejar la comodidad de su hogar ubicado en el barrio porteño de Palermo para emprender el camino que había soñado desde pequeña: conocer el mundo y vivir de la escritura.
Aniko inició en 2008 un viaje que en realidad comprendería muchos otros viajes. Porque la aventura que comenzó en América Latina y luego continuó en Asia y Europa en realidad no sólo se trató de recorrer el planeta, sino de elegir una forma de vida. Porque Aniko, como muchas otras personas, mientras crecía e iba forjando su personalidad se topó con aquellos cuestionamientos que tan odiosos nos resultan a todos cuando estamos a punto de tomar decisiones importantes. Y mucho más si todos esos cuestionamientos llegan cargados de una crítica que lejos está de ser constructiva.

¿Te vas a tomar un año sabático? ¿Cuando regreses vas a trabajar «de verdad»? ¿No te vas a morir de hambre si querés trabajar escribiendo? Ese interrogatorio, que en realidad es mucho más extenso, está presente en todo lo que escribió Aniko desde que salió de Buenos Aires para perseguir sus sueños. Está en su blog, Viajando por ahí, que es uno de los más reconocidos en lo que a viajes respecta; y también está en los dos libros en los cuales incluyó una selección de las crónicas de sus distintos viajes: Días de viaje (2013) y El síndrome de París (2016).
En Días de Viaje es donde Aniko expone esos sentimientos que experimentó cuando las personas a quienes les contaba sus planes adoptaban dos actitudes opuestas hacia ella: o la cuestionaban duramente o no la tomaban en serio. Es por eso que leer su primer libro resulta inspirador, pues el mensaje que se desprende de él es que hay que intentar alcanzar la felicidad más allá de las dificultades que eso acarree y dejando de lado el qué dirán.
El síndrome de París no se queda atrás si de moralejas se habla y transita la misma senda que su predecesor. Porque más allá de que los viajes y sus motivos son distintos, ambas obras tienen en común aquella continua búsqueda de la felicidad de Aniko, quien en 2018 y después de diez años vida nómada decidió que su bienestar ya no pasaba por la dinámica, sino por la estabilidad de un hogar permanente en el cual seguir disfrutando de su principal pasión: la escritura.
¿Te hace feliz viajar? Viajá. ¿Te hace feliz pintar? Pintá. ¿Te hace feliz cantar? Cantá. ¿Te hace feliz hacer nado sincronizado en el canal de Panamá? Hacelo.
Seré idealista (que para mí es algo positivo), pero esta vida es demasiado corta para desperdiciarla dedicándote a algo que no te hace feliz. No pongas más excusas: si querés viajar, viajá.
Aniko Villalba en una publicación realizada en su blog «Viajando por ahí» el 23 de enero de 2011.
Por supuesto que tanto Días de viaje como El síndrome de París cuentan con un sinfín de anécdotas que a los apasionados por los viajes les resultarán más que interesantes, pues en ambos libros además de conocer detalles de las distintas partes del mundo que la autora visitó, también se podrá vislumbrar en lado oculto de la vida de un nómada, es decir, todos los contratiempos que están presentes en el día a día pero que no salen en las bonitas fotografías que adornan las redes sociales.
Las crónicas de viaje de Aniko Villalba lo tienen todo: aventuras, una excelente redacción que hace digna a la autora de lucir el rótulo de escritora y enseñanzas de diversa índole. Porque a los detalles más puntillosos que Aniko brinda acerca de su vida profesional y a los consejos turísticos que pueden resultar interesantes para todos aquellos que quieran viajar por placer, se le suma el mensaje que está implícito en su travesía. Un mensaje que nos dice que hay que enfrentar nuestros miedos para intentar ser felices. Porque, en definitiva, somos nosotros quienes tenemos la potestad de cargar la mochila con todos nuestros sueños y afrontar el viaje de nuestras vidas.
Imagen destacada: Martín Bugliavaz.

