
«Merlí», una serie que dice más de lo que aparenta
Merlí es una serie española que se emitió a través de la cadena TV3 desde 2015 hasta 2017 y que sigue la vida de Merlí Bergeron, un excéntrico profesor de filosofía que llega al Instituto Àngel Guimerá para revolucionar no sólo la vida de sus alumnos, sino también la de sus padres y del resto de los docentes. Su éxito fue tal que sus derechos fueron comprados por otras compañías —Netflix entre ellas—, tuvo adaptaciones en distintos países, recibió premios y hasta motivó la creación de un spin-off (Merlí: Sapere Aude). Pero, ¿qué tuvo de especial una serie que resultó tan exitosa como polémica?
Si se busca en Netflix, podrá encontrase a Merlí catalogada como serie dramática y para adolescentes. Y si bien la enmarcación es adecuada, es necesario decir que el hecho de que la trama se centre en los adolescentes no convierte a la serie en una producción carente de seriedad. Porque si bien es cierto que cuenta con ciertos chiclés que suelen ser infaltables en todos los productos en los cuales se aborde la adolescencia, Merlí trata temas que dejan reflexiones muy interesantes acerca de la vida en el siglo XXI.
Justamente que el protagonista sea un profesor de filosofía lo dice todo, pues el cuestionamiento de distintos aspectos de la vida aparecen abordados en cada capítulo a través de los conceptos de diversos filósofos reconocidos. Así, cuestiones somo la sexualidad, la perspectiva de género, las relaciones sentimentales y la familia son las que más aparecen retratadas en una serie en la cual Merlí va ayudando a sus jóvenes estudiantes a resolver los problemas que los aquejan y los desbordan en el día a día.
Sin embargo, más allá de poner en escena la siempre susceptible idea de diversidad sexual y de plantear la moralidad que hay detrás de, por ejemplo, decir mentiras, la serie va mucho más allá y se toma el atrevimiento de tocar otro tema que, al menos en la mayor parte de la sociedad occidental, suele ser tabú: la muerte. Salvando las distancias, al igual que Disney con Coco y Soul, Merlí se toma el atrevimiento de hacer reflexionar tanto a los más chicos como a los más grandes acerca de un suceso que es una parte inexorable de nuestra existencia y del que muchas cuesta demasiado hablar.
Por supuesto que el drama que arrojan temáticas de este calibre está implícito en la serie mayormente a través de las crisis vividas por los personajes más jóvenes, pero el experimentado Merlí no está exento. Interpretado por un brillante Francesc Orella que logra hacer reír y llorar —sobre todo con el inesperado destino final de su personaje—, el profesor de filosofía también se ve interpelado por las mismas reflexiones que él propone dentro del aula, que lo llevan a replantearse aspectos de su vida que a sus sesenta años ya parecían incuestionables.
Está claro que Merlí es una serie y que su propósito principal es entretener, pero la gran ventaja de este original producto catalán es que invita a la audiencia a pensar. A cuestionar lo que parecía incuestionable, a aceptar lo que parecía inaceptable. En definitiva, Merlí es una verdadera reivindicación a la filosofía, una disciplina que es injustamente tildada de inútil por muchas personas que no logran darse cuenta de lo importante que es debatir acerca de las problemáticas que se produjeron, producen y producirán en un mundo que cambia a pasos agigantados y que nos obliga a entenderlo.
Imagen destacada: TVC.

