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The Beatles y su legado para Liverpool

Si hablamos de Liverpool, ¿qué es lo primero que se nos viene a la mente? Es muy probable que muchos —apasionados por el deporte— se inclinen por pensar en el fútbol, con el Liverpool Football Club como un estandarte de la ciudad y de toda Inglaterra. Pero otros, desde un costado más artístico, van a relacionar el nombre Liverpool con la música y eso se debe pura y exclusivamente a una banda: The Beatles.

Tal vez poco haya que agregar de un grupo que surgió en la década de 1960 y no paró de romper moldes hasta que se disolvió en 1970. Desde 1962 —año en el cual se estableció la formación definitiva de la banda— hasta que tomaron caminos separados, John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr combinaron sus talentos para crear hits que luego de 50 años todavía se siguen escuchando y continúan conmoviendo.

Los cuatro integrantes eran oriundos de Liverpool y allí fue que se conocieron todos para formar una agrupación que, antes de adoptar el famoso nombre, se conoció como The Quarry Men. La importancia de The Beatles fue tal que no sólo lograron cambiar la escena musical del momento a través de sus innovaciones, sino que además le cambiaron la cara y le dieron notoriedad a una ciudad que estaba a la sombra de Londres, la capital del país.

La entrada al mítico Cavern Club. Foto: Martín Bugliavaz.

¿Por qué The Beatles cambió a Liverpool? Sencillamente porque hasta ese entonces la ciudad debía su importancia solamente a su puerto, que por cierto no era detalle menor porque por allí pasaba el 40% del comercio mundial a principios del siglo XX. Pero lo cierto es que, como ocurría en muchas ciudades portuarias de aquel entonces, la esencia del lugar esta comprendida por el continuo trabajo y movimiento, mas con poco lugar para el arte. Y allí es precisamente donde entraron los cuatro músicos en escena.

En una época donde la mayoría del arte de exportación inglés provenía desde Londres, la música no era la excepción. En la década de 1960 surgió una gran cantidad de bandas inglesas de rock and roll que dieron origen a un movimiento conocido como «Invasión inglesa», pero casi todas eran oriundas de Londres —entre ellas, The Rolling Stones—. En ese contexto, The Beatles rompió el molde al representar a una ciudad considerada como del interior de Inglaterra. Una ciudad que inspiró muchos de sus grandes éxitos, que los vio crecer y despedirse y que, incluso, gracias a lo que ellos dejaron, en 2008 llegó a ser declarada como «Capital Europea de la Cultura».

THE BEATLES EN LAS CALLES: UNA HISTORIA EN CADA ESQUINA

Decidido a visitar la ciudad de la banda que cambió la historia de la música, partí hacia allí desde Edimburgo. La potente tormenta de nieve que se había desatado ese día no me permitió llegar en pocas horas y de manera directa como estaba estipulado, sino que debí esperar a que saliera el demorado tren desde la capital escocesa y luego tuve que realizar una breve escala en la ciudad de York para ahí sí poder subirme al tren que me dejara en Liverpool.

El Cavern desde adentro, durante uno de sus tantos shows. Foto: Martín Bugliavaz.

Una vez allí, la magia de la música me envolvió. Me atrapó. Porque The Beatles está —sin miedo a exagerar— en cada esquina esquina de su ciudad: en pubs, en tiendas, en restaurantes, en estatuas o en nombres de calles. En mi caso, además, tuve la fortuna de alojarme en un hostel que se encuentra sobre la calle Stanley, a la vuelta de otra que allí es icónica: Mathew Street.

En esa calle se encuentra el popular Cavern Club, el sitio donde The Beatles daba conciertos en sus inicios y donde fueron descubiertos por Brian Epstein, un importante hombre de la industria musical que luego de verlos se convirtió en su primer manager y los ayudó a darse a conocer al mundo.

Mathew Street es quizá la que más representa a The Beatles de todas las calles de la ciudad. Porque allí no sólo está el Cavern Club, sino que hay una inmensa cantidad de lugares que hacen referencia a la banda. Uno de ellos es el Cavern Pub, que es una variante menos «rockera» del original, pues allí se le da espacio a otros géneros musicales. Ese detalle me sorprendió pues no estaba enterado de su existencia, pero más me llamó la atención el resto de los locales de esa corta calle: el «Lennon’s Bar», con una inmensa puerta roja; el bar «Rubber Soul», que con sus llamativas luces de neón hace referencia al sexto álbum de estudio del grupo; o el «Sgt. Pepper’s», un pub con música en vivo que tiene el mismo nombre que el disco que quizá sea el más conocido de la banda.

De todas formas, no todo acaba en Mathew Street. Porque, como dije anteriormente, las caras de los cuatro Beatles están por todas partes y el puerto no es la excepción. Allí llegué bajando por una calle que tomé tras salir del centro de la ciudad y, a medida que me acercaba al lugar, comencé a divisar lo que estaba yendo a buscar: la enorme estatua de bronce dedicada a la banda. La obra de más de dos metros de altura, realizada por el escultor Andy Edwards, está ubicada a pocos metros del río Mersey y fue un regalo que el Cavern le hizo a la ciudad en 2015, para inmortalizar a los músicos al cumplirse 50 años del último recital brindado en sus pagos.

El «Sgt. Pepper’s», un bar temático en Mathew Street. Foto: Martín Bugliavaz.

Además de eso, en Liverpool se pueden visitar distintos lugares que están estrechamente relacionados con las canciones de los «Fab Four». Entre ellos varias estatuas, como la de Eleanor Rigby en Stanley Street o la de John Lennon a pocos metros del Cavern, en Mathew Street. También, recorriendo cada recoveco de la ciudad uno se puede llegar a topar con la calle Penny Lane o con el antiguo orfanato «Strawberry Fields», lugares que de una manera u otra formaron parte de la vida de Lennon y McCartney y los inspiraron para crear su arte.

«THE BEATLES STORY», EL MUSEO IMPERDIBLE

Como si todas las referencias que hay no fueran suficientes para conocer más acerca de The Beatles, en Liverpool además se encuentra el museo llamado The Beatles Story, donde se puede encontrar material inédito de la banda, además de hacer un repaso certero y fidedigno de toda su trayectoria.

Este sitio único en el mundo está ubicado en un complejo de edificaciones conocido como Albert Dock, en el muelle de la ciudad. Como casi todo museo, ofrece una audioguía con varios idiomas disponibles para poder realizar uno mismo la visita de un lugar que me resultó sorprendente.

«The Beatles Story» cuenta lo vivido por la banda a través de escenografías muy bien logradas que cumplen el objetivo de sumergir al visitante en la historia de los cuatro músicos. El recorrido abarca desde los comienzos como The Quarry Men hasta sus últimos días, y todo es ejemplificado con objetos personales de ellos como instrumentos o indumentaria utilizada a lo largo de los años, donde resaltan los coloridos trajes utilizados en la época de «Sgt. Pepper’s». Incluso, para tener una noción de la magnitud del museo, hay una réplica del fuselaje de un avión típico en el cual el grupo solía transportarse. ¿Lo planearon bien, verdad?

Tras pasar por el último sector del museo, dedicado exclusivamente a John Lennon y a su corta trayectoria como solista antes de su muerte, se accede a una tienda propia en donde se pueden adquirir productos de los más variados, siendo los anteojos característicos de Lennon el objeto más requerido. El último espacio antes de encontrar la salida lo ocupa una confitería que ofrece comida con nombres relativos a The Beatles —como no podía ser de otra manera—, y que constituye un ameno lugar para reflexionar acerca de lo vivido en el museo. Así, al menos, lo sentí yo, que pasé mis últimos minutos en el lugar con la sensación de haber realizado un Magical Mystery Tour

Imagen destacada y galería de fotos: Martín Bugliavaz.

Periodista y escritor. Me gusta contar historias.

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