Cine y series

«Voyagers», una película que expone la destructiva esencia de la humanidad

¿Cuántas veces el cine ha planteado el éxodo interplanetario como única alternativa posible para la supervivencia de la humanidad? Muchas, sí. Pero Voyagers, una película estrenada el pasado mes de abril, propone una mirada introspectiva del tema que la convierte en una cinta original dentro del género.

La historia tiene como protagonistas a Chris (Tye Sheridan, conocido mundialmente por Ready Player One), Sela (Lilu-Rose Deep) y Zach (Fionn Whitehead), tres jóvenes que en el año 2063 forman parte de una delegación enviada a un planeta con características similares a las de la Tierra para colonizarlo ante la inminente extinción de la vida en el planeta de origen. Tanto ellos como el resto de sus compañeros fueron criados desde pequeños en un ambiente igual al de la nave que abordarán para dejar la Tierra, pues se espera que la llegada al planeta destino sea dentro de 86 años. Es decir que su vida entera transcurrirá dentro de la nave.

Dentro de la civilización espacial también se encuentra Rick (Colin Farrell), quien formó parte de la crianza de los jóvenes y, debido al cariño que les tomó, se ofreció para acompañarlos en la misión y así dejar toda su vida atrás. Pero el cariño no es el único motor que impulsó a Rick a viajar, sino también la necesidad de controlar que todas las personas a bordo consuman regularmente una bebida azul cuya función es mantenerlas lejos de todos los impulsos humanos que pueden llegar a poner en peligro la misión.

Trailer de Voyagers (2021). Video: CINECONECTA (YouTube).

Sin embargo, las cosas se empiezan a complicar cuando Chris logra descifrar el objetivo de la enigmática bebida azul y se lo cuenta a Zach, que tras experimentar unas reconfortantes sensaciones al dejar de tomarla incita tanto a Chris como al resto de sus compañeros a imitarlo. Y es a partir de ese momento cuando todo se descontrola: el deseo sexual se despierta en todos y eso a su vez genera caos, celos y agresividad que culminan con la muerte de Rick, un hecho que, a su vez, genera un amotinamiento por parte de Zach y sus seguidores, que quedarán en contra de Chris y Sela.

Lo interesante de Voyagers —más allá de la acción que logra eficientemente captar al espectador— es que a lo largo de sus 108 minutos plantea cómo la humanidad es víctima de su propia esencia. Porque lejos de presentar a la misión exploradora como producto de un mero agotamiento de los recursos naturales de una Tierra cada vez más al borde del colapso, lo que la película hace es mostrar al ser humano como principal responsable de ese colapso. Es así que podría decirse que las actitudes que comienzan a tomar los protagonistas del film son aquellas mismas que tras las cámaras hoy tienen a toda nuestra civilización contra las cuerdas: la ambición ilimitada, la envidia, la ira, la violencia y la falta de escrúpulos.

Como si eso fuera poco, lo que también le da un plus a Voyagers es el hecho de no estar basada en ninguna obra literaria. Y no porque eso sea malo — pues, de hecho, gracias a las adaptaciones se logra conocer grandes historias—, sino porque se siente refrescante ver que las grandes producciones cinematográficas tengan ideas originales como las han sabido tener en épocas en las cuales se produjeron grandes obras de culto. Y aunque Voyagers lejos está de entrar en esa tan especial categoría, no deja de ser una película con una trama enfocada desde un punto de vista que invita a reflexionar, algo siempre necesario en todo producto cultural.

Imagen destacada: Lionsgate.

Periodista y escritor. Me gusta contar historias.

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