«Número Cero», la novela que desnuda al periodismo
Umberto Eco fue un destacado filósofo y semiólogo italiano que, entre otras cosas, a lo largo de toda su carrera se dedicó a analizar el comportamiento de los medios masivos de comunicación. Y todo ese conocimiento lo dejó plasmado en Número Cero, la última de sus novelas.
La obra publicada en 2015, un año antes de su muerte, se sumerge en ese ambiente del periodismo que Eco tanto estudió y del cual realizó diversos ensayos. Sin ir más lejos, el protagonista, Colonna, es un periodista que vive frustrado por las escasas posibilidades que existen en un mercado laboral que es difícil en la vida real y que en las páginas de la novela ha sido fielmente representado.
Pero esa notable representación que Eco hizo en su novela no sólo tiene que ver con la acotada oferta laboral para una gran demanda de profesionales, sino también por lo que en el periodismo se conoce como «la cocina de las noticias». Porque la trama gira en torno al proyecto que tiene un poderoso empresario italiano de apellido Vimercate de crear un nuevo diario con el cual espera incomodar a las altas esferas políticas para ganarse un lugar dentro de ellas. La famosa frase que reza que «cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia» claramente no aplica en este caso.
El diario, que se llamaría Domani y cuya flamante redacción está ubicada en Milán, es proyectado para salir al mercado dentro de un año y por eso Vimercate planea la creación de doce números cero, es decir, un boceto de diario por mes para testear el formato y la calidad. Y de ese proyecto forma parte Colonna, que se convertirá en el asistente del director del diario, Simei, que supo ser profesor suyo en la universidad antes de que las decisiones que tomó en su vida no le permitieran concluir la carrera de periodismo.
«¿Qué hago ahora? Si asomo la nariz de casa, peligro. Me conviene esperar aquí, a lo sumo están fuera y esperan a que salga. Y yo no salgo».
Umberto Eco en Número Cero (2015)
En el transcurso de la novela, Eco narra a través de su protagonista todo ese turbio detrás de escena que existe en todos los grandes medios de comunicación: noticias que en realidad no son noticias, noticias que no se dan a conocer para no perjudicar los intereses del dueño del diario o para no tener que lidiar con presiones del Estado o de la mafia, y artimañas que se utilizan para atacar a aquellos que osan cuestionar al diario.
En paralelo, la historia cuenta con Braggadocio, otro de los pocos periodistas que integran la redacción del diario, quien se acerca a Colonna para contarle sus descubrimientos acerca de la supuesta supervivencia del dictador Benito Mussolini —que, según él, se habría salvado de la muerte en 1945 por tener un doble— y de la existencia de organizaciones secretas conocidas como stay-behind que operan en las sombras al servicio de quienes están en el poder en distintas partes del mundo.
Cuando Braggadocio aparece muerto, las sospechas de que alguna de sus teorías conspirativas estaban acertadas invaden a Colonna, que se cuestiona qué hacer de su vida. Y mientras el personaje baraja las posibilidades que tiene para el exilio de Italia, puede leerse la interpretación que Eco tiene del funcionamiento de las distintas sociedades que forman parte del mundo actual: mientras señala que en los países de primer mundo —entre los cuales menciona a Italia— cosas como las que le ocurren a Braggadocio se deben a que alguien quiere esconder la suciedad bajo la alfombra, en los países de tercer mundo —ejemplificados por el autor al nombrar a Sudamérica y Centroamérica— ni siquiera se molestan en ocultar las maniobras ilícitas debido a la impunidad que forma parte de la idiosincrasia de aquellos lares.
Si bien Umberto Eco se destacó dentro de la literatura de ficción por obras como El nombre de la rosa o El péndulo de Foucault, con Número Cero el intelectual italiano logró plasmar la esencia del periodismo que tanto observó. En la que sería su última novela antes de morir, Eco pudo representar la dura realidad a través de la ficción y tranquilamente podría contarse como uno más de sus tan reconocidos ensayos en la materia.
Imagen destacada: Martín Bugliavaz.


